lunes, 5 de noviembre de 2012

Fondant, galletas y un cumpleaños feliz

No me gusta el fondant, así de claro. O así de claro lo tenía antes de empezar a decorar unas galletas para un cumple. No conozco a mucha gente que le guste, gente adulta porque si hablamos de niños la cosa cambia, esa plastilina comestible y dulce les vuelve loco.


Mi primer contacto con el fondant fue el año pasado cuando hice la tarta del cumpleaños de mi gordito. Redonda, sencilla, con estrellas de colores sobre una base blanca. Nada de complicaciones que era nueva en todo el tema de repostería creativa. Quedó bonita y a todo el mundo le gustaba pero nadie se comió el fondant que la cubría.




Aunque tengo fondant de varios tipos, colores y sabores su uso se limita a la decoración de cupcakes y poco más. Alguna vez he modelado alguna mariquita y en mente tengo otras muchas cosas pero de momento se quedan ahí, no hay tiempo para tanto.




En tiempo tuve la tentación de comprar muchos texturizadores para fondant, tanto en rodillos como en tapetes y al final solo compré un kit en el que venía un cortador en forma de vestido y tres texturizadores pequeñitos, ya que son para decorar el vestido.


Es muy sencillo de usar. Estiras un poco de fondant, pones la plantilla texturizadora y pasas de nuevo el rodillo. Cortas con el molde deseado y pegas con un poco de glasa sobre la galleta. Fácil no, facilísimo. Y el resultado unas galletas elegantes. Se consigue una textura que con la glasa no se consigue, a menos que utilices unos stencils, otra cosa pendiente, jeje. Personalmente me gusta como quedan.


En esta ocasión usé fondant de chocolate para el nombre y chocolate de vainilla para los números. ¿Qué os parece?

En fin, aquí os dejo todo este rollo. Nos vemos pronto.

No hay comentarios:

Publicar un comentario